Cáncer de mama, una lucha sin fecha en el calendario
Ahora que Octubre da sus últimos coletazos, y el día 19 se aleja a pasos agigantados, seguro que muchos de vosotros pensáis que escribir un artículo dedicado al cáncer de mama es algo, cuanto menos, alejado de la actualidad. Y es que la sociedad se ha empeñado en marcar en rojo en el calendario unos días en los que, todos, nos convertimos en abanderados de la causa que toque. Lo mismo nos da ponernos un lazo rosa en la solapa (contra el cáncer de mama), que cambiar nuestra foto de perfil por un ‘bigote’ (en solidaridad con los afectados del cáncer de próstata). Y nosotros desde SSG nos negamos a eso. Ni podemos, ni debemos, ni queremos solidarizarnos con enfermos de una dolencia concreta únicamente una vez al año y después olvidarnos de ellos como si su lucha se hubiera acabado. Queremos ayudar a que la sociedad se conciencia ante determinadas enfermedades todos y cada uno de los días que forman el calendario de la vida.
Por eso, desde SSG hemos decidido desafiar al tiempo y publicar ahora este artículo sobre el cáncer de mama; porque para nosotros, cualquier día, a cualquier hora, es buen momento para intentar concienciar a la sociedad de la importancia de estar alerta y saber escuchar las señales que nuestro organismo nos manda cuando una enfermedad empieza a llamar a su puerta.
Cada año, 26.000 mujeres son diagnosticadas de cáncer de mama en España –el 20% con menos de 45 años-, tipología que, afortunadamente, es una de las variantes con mejor pronóstico. Gracias a los avances científicos dados a conocer en los últimos lustros, el índice de supervivencia ha aumentado un 1,4% cada año y su tasa se ha situado en el 83% a los cinco años del diagnóstico, según datos arrojados por las continuas investigaciones en las que trabaja la Asociación Española contra el Cáncer.
Aunque en los últimos años se ha observado un ligero ascenso en el número de pacientes, es fundamental hacer hincapié en el hecho de que gracias a las campañas de detección precoz se ha conseguido que tres de cada cuatro casos hayan empezado a ser diagnosticados en estadíos iniciales, algo que se torna vital para hacer frente a una de las enfermedades más recurrentes en el mundo.
Predisposición genética y otros factores
En contra de lo que muchas mujeres piensan, lo que se conoce como predisposición hereditaria al cáncer de mama únicamente supone un 10% de los casos detectados. Si bien es cierto que la predisposición genética es imposible de controlar, sí que existe una serie de factores que pueden tenerse muy en cuenta en nuestro día a día para conseguir que se incrementen algo más las cifras de supervivencia. Más allá del contacto con profesionales médicos, de manera individual tenemos mucho que aportar y trabajar en este sentido. De todos los factores que pueden controlarse es el peso, que incide de forma más que importante en la enfermedad, por lo que es fundamental conseguir mantenerlo dentro de unos estándares saludables. Por otro lado, la alimentación también se vuelve un factor fundamental en este sentido.
La unidad es clave para hacer frente al cáncer de mama. Estamos ante una enfermedad que no puede enfrentarse en soledad, razón por la que la familia que rodea a quienes la padecen posee un papel trascendental. Ocultar la enfermedad tampoco es beneficioso para quienes la padecen. Por otro lado, la normalización de la situación ante la sociedad favorece sobremanera la aceptación de la enfermedad. Este hecho se vuelve fundamental cuando quienes son diagnosticados tienen niños pequeños. Contarles con normalidad qué está ocurriendo les hará sentirse más seguros y, a la vez, parte del proceso como un pilar fundamental de ayuda.
La fragilidad y vulnerabilidad del paciente es también parte del proceso. Si bien es cierto que ser capaces de afrontar cada instante de la enfermedad con positividad y optimismo resulta muy beneficios, no lo es menos que el paciente no debe sentir, en ningún momento, que no debe expresar el miedo, la impotencia y el dolor que siente ante su nueva situación; sólo de esta manera serán capaces de trasmitir a quienes les rodean sus verdaderos sentimientos y pedir ayuda para afrontar todos los altos y bajos del proceso.
Ellos, los grandes olvidados
Siempre que hablamos de cáncer mama lo hacemos en femenino hablando de guerreras y luchadoras que afrontan su día a día con la mejor de las sonrisas. Sin embargo, el cáncer de mama –aunque pueda parecer lo contrario- no tiene género ya que, aunque en un porcentaje menor, los hombres también pueden padecerlo. Y es que el cáncer de mama es una rareza clínica. Por cada cien mujeres, apenas hay un varón afectado. De hecho, es una enfermedad tan femenina que el rosa es el color que tiñe las campañas y es fácil que se escape a la sospecha de médicos no especializados. Tantas son las campañas de concienciación que se llevan a cabo que hoy no hay médico que ante un bulto en el pecho de una mujer no dé la voz de alarma. Sin embargo, en el caso de los hombres, los facultativos siempre sospechan a priori ante la posibilidad de que únicamente sea un bulto de grasa sin revestir mayor complicación.
Y es que el cáncer de mama ni tiene ni debe tener género; ha de ser una lucha común, de todos los ciudadanos, de pacientes y familiares. A través de estas líneas, desde SSG queremos lanzar un mensaje de esperanza a aquéllos a los que hoy les ha tocado la batalla más importante de sus vidas: la de sobrevivir. Por eso, desde SSG nos unimos al rosa; y tú, ¿nos acompañas?