¿Cómo afectan realmente las radiaciones a los profesionales de la Sanidad?
Un estudio revela que los médicos que trabajan con técnicas que usan rayos X tienen más probabilidades de sufrir lesiones de piel, problemas ortopédicos, cataratas e incluso cáncer.
Lesiones de piel, problemas ortopédicos (en el cuello, la espalda o la rodilla), cataratas e incluso cáncer, son algunos de los trastornos de salud que pueden sufrir los profesionales sanitarios debido a la prolongada exposición a radiaciones ionizantes que emiten los equipos radiológicos. Así lo revela un estudio publicado por la Asociación Americana del Corazón, que recoge la Organización Médico Colegial (OMC) y que se centra concretamente en los médicos cardiólogos que trabajan en laboratorios de cateterismo, en los que se realizan procedimientos que usan rayos X como la angiografía coronaria o la angioplastia coronaria.
Según el estudio, en comparación con los sanitarios que no están expuestos a radiación, los trabajadores de estos laboratorios (especialmente los médicos cardiólogos intervencionistas y los electofisiólogos) registran, después de someterse durante diez años a radiación ionizante, 2,8 veces más probabilidades de padecer lesiones de la piel; 7,1 veces más de sufrir problemas ortopédicos y 6,3 veces más probabilidades de tener cataratas. Además, los sanitaros con más de 16 años expuestos a radiaciones también presentan tres veces más probabilidades de desarrollar cáncer.
Como explica a Consalud.es Ángel Morales, responsable de la Comisión Estrategia de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), aunque este estudio, realizado a partir de encuestas a más de 700 profesionales, se centre en los cardiólogos que utilizan técnicas relacionadas con la radiología, los efectos nocivos pueden ser similares para los radiólogos que utilizan procedimientos similares: “Sabemos que los médicos que utilizan radiologías con rayos X, son personas que tienen riesgos, lo que hay que saber es identificarlos y gestionarlos”.
Y es que, señala, en estos casos el médico ha de permanecer junto al paciente mientras se le irradia. Esto hace que, como indica el estudio, los cardiólogos intervencionistas, en este caso, acumulen una radiación equivalente a entre 2.500 y 10.000 radiografías de tórax a lo largo de una trayectoria profesional de 30 años.
MEDIDAS PROTECTORAS
Pilar Jiménez, vocal de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), es consciente de que la radiación que reciben los profesionales sanitarios es perjudicial, especialmente a largo plazo, pero también defiende que, actualmente, hay muchas armas para protegerse e intentar reducir al máximo la dosis recibida.
“En los hospitales solemos tener un servicio de Física Médica que se encarga de medirnos la radiación que recibimos tanto nosotros como el paciente. Llevamos un chaleco y una falda plomados, también gafas plomadas para protegernos el cristalino de la radiación. Además, toda la sala de hemodinámica también tiene unas pantallas de plomo para protegernos de la radiación que genera el paciente al ser radiado, puesto que a nosotros el tubo de rayos no nos irradia directamente”, explica la especialista en declaraciones a este periódico.