Con usted, su médico: un robot

 en la sección Noticias

La máquina es solo una prolongación de las manos del médico. Pero llegará algún día en el que el único ser humano vivo de un quirófano sea el propio paciente.

Los quirófanos modernos cada vez se parecen más a una fábrica de coches en la que los grandes brazos robotizados de equipos de radiología y cirugía se mueven entre los cirujanos y sus pacientes. El médico es quien los dirige a distancia con suaves movimientos del pulgar, casi como si fuera la consola de un videojuego. Así opera Da Vinci, un robot creado por la NASA y el Pentágono, que corrige el temblor de la mano humana, realiza incisiones más precisas y llega a zonas de difícil acceso. Claro, que detrás del brazo robotizado de Da Vinci siempre está el cirujano. Este sofisticado artilugio que es la joya de muchos hospitales españoles, no hace nada sin que se lo ordene antes un médico. El fallo o el acierto es el del cirujano, como en una operación convencional. La máquina es solo una prolongación de las manos del médico. Pero llegará algún día en el que el único ser humano vivo de un quirófano sea el propio paciente.

Aún no sabemos lo que tardará, pero puede que nos acostumbremos a ver máquinas en las salas de urgencias haciendo un primer diagnóstico, llevando el medicamento hasta la cama del enfermo o abriendo a un paciente en la mesa de operaciones sin que haya detrás las manos del cirujano.

Reducir el 80% del trabajo

Hace unos meses el Instituto Sheih Zayed de Innovación en Cirugía Pediátrica de Estados Unidos presentó a STAR, el primer robot quirúrgico autónomo. STAR es más inteligente que Da Vinci, porque es capaz de tomar decisiones por sí mismo. Y es solo el principio.

Gurús como Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems, opinan que el 80 por ciento del trabajo sanitario puede ser sustituido por dispositivos inteligentes, ya sean robots u ordenadores. Aunque quizá puede que haya que esperar un poco más para ese momento.

La Universidad de Harvard acaba de demostrar en un estudio reciente que los médicos aún superan a los ordenadores más potentes a la hora de hacer un diagnóstico con los síntomas de un enfermo. Los facultativos de carne y hueso se compararon con 23 de las aplicaciones y programas informáticos que averiguan la enfermedad a partir de los síntomas que se introduzcan. Los resultados demostraron que, por ahora, los especialistas duplicaron su capacidad de acierto. Pero también erraron en un 15 por ciento de los casos, según publica la revista JAMA, de la Sociedad Médica Americana. «Los programas informáticos fueron claramente inferiores que los médicos. No sabemos si las próximas generaciones de programas serán más precisas», advierte Ateev Mehrotra, uno de los investigadores.

El asistente perfecto del médico

El objetivo es contar con cerebros informáticos más precisos que algún día se conviertan en el asistente perfecto del médico. Un apoyo insustituible que podría poner fin a ese tercio de errores de tratamiento que se sabe se deben a un diagnóstico erróneo.

El primer paso que se ha dado en este sentido se llama Watson. Es un robot diseñado por la compañía IBM, capaz de procesar 60.000 millones de páginas por segundo, tomar decisiones y aprender de su experiencia. A Watson lo han entrenado algunas de las instituciones más prestigiosas con casos clínicos de pacientes y toda la literatura médica disponible para que pueda estar al día del último avance científico.

Más de un millón de médicos utilizan ya la aplicación UpToDate, una herramienta que les ayuda a tomar decisiones sin miedo a un fallo de memoria. Y sin perder el ojo clínico del médico porque por mucho que los algoritmos se perfeccionen hay labores del personal sanitario que un robot nunca sustituirá. «Un robot nunca sustituirá la comunicación y la relación de médico y paciente. La medicina no es solo hacer un diagnóstico certero. El especialista debe aconsejar, explicar el futuro que le espera a su enfermo, tomar con él decisiones…», opina Ignacio Riesgo, autor del libro «¿Médicos o robots. La medicina que viene». Sin embargo, sí cree que los sanitarios cada vez se apoyarán más en las máquinas. «La medicina aún es una actividad muy artesanal a la que aguarda su propia revolución industrial, un cambio que, sin duda, está en marcha.

A la hora de elaborar un diagnóstico no basta solo con procesar información. Los gestos de los enfermos, el tono con la que lo cuentan, la percepción del médico… todo importa.

Riesgo, experto en gestión sanitaria, está convencido de que esta tecnificación de la medicina es lo único que permitirá hacer frente a los retos venideros a los que se enfrentan los sistemas sanitarios: una población cada vez más envejecida que requerirá cuidados y la necesidad moral de dar asistencia sanitaria a los más de 7.000 millones de habitantes del planeta.

«Hoy no podemos atender esa demanda con los recursos económicos y humanos disponibles. La telemedicina y los robots sí lo permitirán y lo harán a un menor coste porque no será necesario que muchos de los pacientes acudan al hospital».

LINK: http://www.abc.es/sociedad/abci-sanidad-doctor-robot-espera-consulta-201610232150_noticia.html

 

Recommended Posts

Escribe aquí tu opinión

Comienza a escribir y presiona Enter para buscar

Resumen de Cookies

Una cookie es un fichero que se descarga en tu ordenador al entrar a determinadas páginas web. Las cookies permiten a una página web, entre otras cosas, almacenar y recuperar información sobre tus hábitos de navegación y —dependiendo de la información que contengan y de la forma en que utilices tu equipo— pueden utilizarse para identificarte.

Esta web utiliza tanto ‘cookies’ temporales de sesión como ‘cookies’ permanentes. Las ‘cookies’ de sesión almacenan datos únicamente mientras el usuario accede a la web y las ‘cookies’ permanentes almacenan los datos en el terminal para que sean accedidos y utilizados en más de una sesión.
Según la finalidad para la que se traten los datos obtenidos a través de las ‘cookies’, el web puede utilizar:

‘Cookies’ técnicas

Son aquéllas que permiten al usuario la navegación a través de la página web o aplicación y la utilización de las diferentes opciones o servicios que en ella existen. Por ejemplo, controlar el tráfico y la comunicación de datos, identificar la sesión, acceder a las partes web de acceso restringido, recordar los elementos que integran un pedido, realizar la solicitud de inscripción o participación en un evento, utilizar elementos de seguridad durante la navegación y almacenar contenidos para la difusión de videos o sonido.

‘Cookies’ de personalización

Son aquéllas que permiten al usuario acceder al servicio con algunas características de carácter general predefinidas en su terminal o que el propio usuario defina. Por ejemplo, el idioma, el tipo de navegador a través del cual accede al servicio, el diseño de contenidos seleccionado, geolocalización del terminal y la configuración regional desde donde se accede al servicio.

‘Cookies’ publicitarias

Son aquéllas que permiten la gestión eficaz de los espacios publicitarios que se han incluido en la página web o aplicación desde la que se presta el servicio. Permiten adecuar el contenido de la publicidad para que esta sea relevante para el usuario y para evitar mostrar anuncios que el usuario ya haya visto.

‘Cookies’ de análisis estadístico

Son aquéllas que permiten realizar el seguimiento y análisis del comportamiento de los usuarios en los sitios web. La información recogida mediante este tipo de ‘cookies’ se utiliza en la medición de la actividad de los sitios web, aplicación o plataforma y para la elaboración de perfiles de navegación de los usuarios de dichos sitios, con el fin de introducir mejoras en el servicio en función de los datos de uso que hacen los usuarios.

‘Cookies’ de terceros

En algunas páginas web se pueden instalar ‘cookies’ de terceros que permiten gestionar y mejorar los servicios ofrecidos. Como por ejemplo, servicios estadísticos de Google Analytics y Comscore.