Cuando el negocio no está reñido con el compromiso social
Hablar de los orígenes de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es remontarnos a Estados Unidos, cuando, a finales de los años 50 y principios de los 60, a raíz de la Guerra de Vietnam y otros conflictos como el Apartheid, un concepto hasta el momento desconocido comenzó a despertar el interés entre los ciudadanos que, a pesar de las dificultades sociales del momento, comenzaron a creer que, a través de su trabajo en determinadas compañías o comprando algunos productos, contribuían al desarrollo de determinados países castigando prácticas más que censurables desde un punto de vista ético.
Es de esta forma como la sociedad empezaba a despertar de un letargo ‘impuesto’ pidiendo cambios en las empresas pero, sobre todo, una mayor implicación y concienciación por parte de los dirigentes de esas empresas ante todo lo que acontecía en el seno de la sociedad y que, al parecer y hasta el momento, pasaba desapercibido a sus ojos. Así pues, si ahora que estamos en pleno siglo XXI quisiéramos establecer una definición de lo que hoy entendemos por Responsabilidad Social Corporativa –también llamada Responsabilidad Social de la Empresa- hablaríamos de una serie de obligaciones y compromisos legales y éticos, de carácter nacional e internacional- que las empresas adquieren a raíz del impacto que su actividad genera en su ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. Y es que hace sólo unas décadas –por muy avanzada que pueda parecernos en estos momentos la práctica y estrategia de las empresas que operan en el mercado- de la misma manera que ámbitos de actuación tan diversos como el marketing o la calidad no formaban parte de las principales actuaciones empresariales, hoy en día, las compañías son cada vez más conscientes de la necesidad de incorporar preocupaciones sociales a su estrategia de negocio.
El auge de la RSC en los últimos tiempos se basa en el cambio de mentalidad del mundo empresarial. Un cambio que ha ocasionado que los empresarios hayan entendido que las empresas no deben ser consideradas agentes económicos, sino importantes y destacados agentes sociales capaces de generar cambio en el futuro de muchos individuos a través de sus acciones de carácter social. Y es que, como titulamos esta reflexión, el negocio no tiene que estar reñido con el compromiso y la responsabilidad para con el entorno que nos rodea. Es más que evidente que el objetivo fundamental de una compañía no es otro que obtener ingresos de la actividad que realiza y conseguir incrementar, de forma paulatina, el patrimonio que atesora. Sin embargo, desde SSG hace tiempo que consideramos que esta realidad incuestionable no tiene que ser incompatible con cuidar otros ámbitos y aspectos de la vida. Por ello, en 2012 vio la luz Fundación SSG, una institución encargada de desarrollar con total plenitud la política de RSC contemplada por la compañía. Una organización centrada en ámbitos tan importantes como son la formación, la concienciación por parte de la sociedad de la importancia de la cardioprotección, la donación de material sanitario a lugares desfavorecidos, etc. Actividades, todas ellas, orientadas a contribuir a mejorar la vida de un sinfín de personas que, por alguna u otra razón, ven en nuestra empresa, una solución a sus problemas: jóvenes en desempleo que buscan en nuestros cursos formativos una oportunidad para conseguir un trabajo que les permita vivir; asociaciones que buscan dotar de material sanitario zonas desfavorecidas o azotadas por conflictos bélicos; empresas que comprenden la necesidad de formar a sus empleados ante posibles episodios cardíacos, etc. Personas todas ellas a las que desde Fundación SSG y, por consiguiente, desde SSG, intentamos atender.
Asimismo, el último capítulo que hemos abordado desde SSG en este sentido ha sido nuestra participación en el Consejo Asesor del Foro Inserta Responsable en Andalucía, iniciativa liderada por la Fundación ONCE y que está llamada a convertirse en el órgano consultivo del Foro Inserta en esta comunidad autónoma con una misión más que clara: asesorar sobre las actividades, proyectos y estudios que resulten de interés para el fomento de la contratación de trabajadores con discapacidad en las empresas de Andalucía.
Para nosotros es un auténtico orgullo convertirnos en la única empresa dedicada al transporte sanitario en unirse a esta iniciativa basada en la integración. Un proyecto que entendemos fundamental para conseguir que todos los individuos que dan forma a la sociedad encuentren su sitio; algo realmente importante para caminar hacia la excelencia no sólo a nivel personal, sino en la esfera empresarial. Desde SSG consideramos que lejos de convertirse en una traba e inconveniente para las empresas, la diversidad y la integración han de entenderse como elementos clave para incrementar la competitividad del tejido empresarial. Para nosotros, por lo tanto, la Responsabilidad Social es una oportunidad para ser más y mejor empresa; una oportunidad para generar felicidad, algo que tiene que ver únicamente –y aunque muchos piensen lo contrario- con la relación que establecer y el reconocimiento que recibes, y eso, hasta el momento, sólo pueden darlo las personas.