El lado oscuro de la publicidad en salud
Muchas veces engañosa, la publicidad puede influir a la hora de consumir productos no saludables. Los jóvenes son los más vulnerables.
Delicioso chocolate en nuestro televisor. Una imagen en cámara lenta del fundido y la construcción de un fantástico bombón nos llama la atención y comenzamos a salivar (físicamente probado), y nos entra gusa de chocolate. Quizá salgamos a comprar un poco, o quizá no; al fin y al cabo somos adultos y nuestras decisiones (a veces) son racionales. ¿Y los niños son también racionales?
La publicidad en sí misma no es mala, pero es peligrosa según cómo se quiera utilizar, qué se quiera promocionar y qué métodos se empleen para ello. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no hizo al azar el año pasado la recomendación de restringir la publicidad de los alimentos para evitar la obesidad infantil. Según uno de sus últimos estudios, un niño que mira de media tres horas de televisión diaria, está expuesto a 61 anuncios semanales de alimentos de bajo valor nutricional.
¿Es exagerado relacionar el consumo de la publicidad con la obesidad infantil? En realidad, es sencillo llegar a la conclusión de que cualquier menor que se pase tres horas diarias frente al televisor, no lleva una vida especialmente activa, o que el sedentarismo puede contribuir a este hecho.
Pero también hay que tener en cuenta la naturaleza de los productos anunciados. En el ejemplo del chocolate hablamos del dulce, azúcar, altamente adictivo según múltiples estudios científicos a lo largo de varias décadas. Pero el azúcar no está solo en el chocolate, sino que también está presente en refrescos, en comida preparada para consumir, en los alimentos de restaurantes de comida rápida, etcétera.
Un reciente estudio de la Universidad de California en Davis demostró con un experimento con bebidas azucaradas y otras con aspartamo que el azúcar reducía los niveles de estrés de los sujetos del estudio y se volvía difícilmente eliminable de sus dietas, convirtiéndose en adictiva. Sabemos que el azúcar funciona como una recompensa inmediata en el cerebro, algo fácilmente recurrente ante situaciones de estrés, depresión, o incluso excesiva alegría para celebrar algo. Pero, además, el azúcar lleva directamente ligada consigo la diabetes y las caries, así como otros problemas dentales.
Retomando el estudio sobre la publicidad de la OMS, en los programas infantiles los postres (23,3%), los lácteos (16,2%), las bebidas azucaradas (13,2%), las cadenas de comida rápida (12,5%) y los aperitivos salados (7,9%) son las cinco categorías más publicitadas. En la publicidad en general (no sólo infantil) reinan las bebidas azucaradas sin alcohol (31%), los lácteos (leche, queso y yogur, 11%), postres (flan, gelatinas y postres) (8.9%), bebidas sin azúcar (7,6%), y golosinas (7%).
“Un estudio realizado en madres de niños de 3 a 9 años de edad de Argentina, Brasil y México mostró que las madres encuestadas consideran que la publicidad influye en las solicitudes de compra de todos los productos por parte de los niños”, explican desde la organización.
EL ALCOHOL EN LOS ADOLESCENTES
Los menores de 18 años tienen prohibido el consumo de alcohol, pero eso no es algo que se lo impida. Según la última encuesta del Ministerio de Sanidad sobre el consumo de alcohol y drogas, referente al año 2013-2014, la edad de inicio de la ingesta de alcohol ronda los 16 años. La encuesta demuestra, además, que el 15,5% de la población entre 15 y 64 años ha consumido “alcohol en atracón” en el último mes, siendo las mayores prevalencias las de los jóvenes de entre 15 y 29 años.
Cuanto más jóvenes son, las personas tienden a ceder más a las presiones de la población (principalmente de su entorno de amigos y hábitos de ocio) y de la publicidad. El Centro de Marketing de Alcohol y Juventud de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins y el de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston llevaron a cabo una investigación que encontró que los jóvenes de entre 13 y 20 años de edad tienen mayor posibilidad de beber las marcas anunciadas en la televisión y en las revistas.
Para el trabajo, que se llevó a cabo entre 2011 y 2012, realizaron una encuesta de la que participaron más de 1.000 menores de edad que bebían alcohol, a los que se les preguntó cuál de las casi 900 marcas disponibles en Estados Unidos habían consumido el mes anterior.
Los resultados mostraron que los jóvenes tenían una probabilidad más de 5 veces mayor de beber las marcas anunciadas en la televisión, y un 36% más alta de beber marcas que anuncian en las revistas en comparación con las marcas que no se anuncian en estos medios.
“La exposición al mercadeo se reconoce cada vez más como un factor importante del consumo de bebidas alcohólicas por parte de los jóvenes, aunque hay pocos estudios que hayan examinado la relación entre la exposición general a los anuncios y el consumo de alcohol a nivel de marcas”, explicó David Jernigan, coautor principal de la investigación, agregando que “estos hallazgos indican que los jóvenes están consumiendo, de hecho, las mismas marcas de alcohol que más aparecen en los anuncios”.
Otro estudio de la Universidad de Brookes, en Reino Unido, publicado en la revista Pediatrics, constata que «por cada hora de más que los adolescentes ven la televisión cada día, el riesgo de inicio en el consumo de alcohol se incrementa un 9% durante los siguientes 18 meses”. Además, entre los chicos y chicas de 15 a 26 años, por cada anuncio adicional de bebidas alcohólicas que ven, el número de consumiciones se incrementa un 1%.
Ante la dimensión del efecto que supone la publicidad para los más jóvenes, las organizaciones sanitarias se encuentran con un escollo importante: los lobbies del azúcar y del alcohol no tienen fronteras, sobre todo a la hora de aludir todo tipo de responsabilidades sobre la salud pública y sobre la influencia que ejercen sus anuncios. Para ello cuentan con grandes grupos de presión encargados de financiar estudios influenciados para resultarles beneficiosos o con asociaciones e institutos para promover la salud y poder realizar así un lavado de imagen.
LINK: http://www.consalud.es/saludigital/seedigital.php?id=147&revista=15