¿Preparados para el otoño?
Ahora que parece que la bajada de temperaturas y las lluvias que se aproximan hacen presagiar que el otoño ha llegado definitivamente a nuestras vidas. Por eso, es buen momento de empezar a preparar nuestro organismo ante los cambios que se avecina. Cualquier cambio de estación genera una serie de alteraciones en nuestros biorritmos que no debemos relegar a un segundo plano si queremos salir victoriosos y afrontar la nueva época del año con la mejor de nuestras sonrisas.
Para un elevado porcentaje de los individuos, la llegada de una nueva estación no es una cuestión baladí que pase desapercibida. De hecho, y muchas veces sin ni siquiera darnos cuenta, las estaciones inciden más en nuestro día a día de lo que, a priori, desearíamos. A veces pensamos que nuestro organismo únicamente nota los cambios estacionales con la llegada del verano, como consecuencia de las elevadas temperaturas que hace que nuestra rutina se convierta, en ocasiones, en una auténtica tortura. Sin embargo, el otoño no iba a ser menos, y cuando las hojas de los árboles caídos nos anuncian su llegada, nuestro cuerpo empieza a prepararse para afrontar cambios que resultan más que significativos.
Una de las principales cuestiones que hay que cuidar de cara al otoño es la alimentación, algo imprescindible para luchar contra la conocida astenia otoñal. En este sentido, es fundamental –aunque no lo creáis- ser capaces de saber interpretar las señales enviadas por nuestro propio cuerpo porque, seguramente, una de las primeras cosas que nos anuncie, de cara a la nueva estación, es la necesidad de un aporte extra de vitaminas; aportes imprescindibles para que poder afrontar nuestra rutina diaria son energía y positividad.
Para conseguir este aporte de vitaminas tan necesario es muy útil optar por las riquísimas frutas por las que el otoño se caracteriza. Gracias a las uvas, los higos, la papaya, el caqui o las mandarinas se volverán imprescindibles en tu nevera si quieres que el cambio de estación no te afecta tanto.
Apuesta fundamentalmente por frutas que sean ticas en vitamina C, que te ayudarán de forma importante a aumentar tus defensas y a protegerte de la gripe (¡caballo de batalla de cara al invierno!) Tampoco olvides las verduras. Llena tu cesta de la compra de alcachofas, berenjenas, calabazas o coliflores; alimentos todos ellos que, además de ser de lo más adecuados si queréis cuidar vuestra figura, ejercen una importante acción tonificante y antioxidante.
Como forma complementaria a la alimentación, decídete por una rutina de ejercicios adecuada. Dedica unas tardes a la semana a hacer ejercicio al aire libre aprovechando los últimos coletazos del día. Si sales demasiado tarde del trabajo, entonces opta por el gimnasio y apuesta por ejercicios aeróbicos que te ayuden a mantener tu corazón sano y activo.
Por otro lado, y aunque no se trata de vivir encorsetado, imponte un horario. El hecho de que en otoño dispongamos de menos horas de luz puede hacernos tener la sensación constante de que vivimos de una manera desordenada. Lo mejor para estos casos es, por lo tanto, ser capaces de seguir un horario para comer, descansar, hacer deporte y pasar tiempo con la familia y amigos.
Y para terminar, serás capaz de afrontar todos los cambios derivados del otoño si logras deshacerte del estrés que a veces inunda nuestra rutina diaria. Debes ser capaz de desconectar cuando acabe la jornada de trabajo y de disfrutar al máximo los días libres con los que cuentes. Si consigues llevar a cabo todos estos consejitos de cara al otoño, estamos seguros de que conseguirás salir victorioso ante la llegada de la nueva estación.